Anchorage desafía la visión popular de los casquetes polares y de la tundra cubierta de hielo. Situada entre las montañas y la bahía, y rodeada de parques nacionales donde se conserva la flora y fauna autóctonas, Anchorage combina lo mejor de Alaska en una ciudad que tiene las comodidades de un hogar y la hospitalidad propia de este estado conocido como “La última frontera”. Esta ciudad es ideal para hacer turismo o para aprovechar las oportunidad única de hacer ciclismo en el Ártico o de visitar los fiordos de Prince William Sound. En invierno se puede esquiar, montar en un trineo tirado por perros o combinar estas dos actividades, esquiando mientras un perro le remolca.