Estos dos valles comprenden la región vitícola más famosa de Estados Unidos y juntos constituyen uno de los atractivos destinos más visitados de California. Están a tan solo una hora en coche de San Francisco. Estas colinas cubiertas de viñedos se tiñen de un verde brillante en primavera y verano, y se visten de dorado en otoño. Dan cabida a más de 400 bodegas, así que se puede pasar una semana entera solo visitando salas de catas… eso sí, hacerlo implicaría ignorar otros de los placeres de esta área, como son los spas, las sublimes vistas y una de las mejores cocinas de origen local del país y bonitos hoteles de lujo.