Nada puede preparar para contemplar esta maravilla de la naturaleza. La inmensidad del cañón y la intensidad de la luz y las sombras al amanecer o al atardecer es una imagen absolutamente sobrecogedora. Las tres orillas del Gran Cañón –norte, sur y oeste– ofrecen experiencias totalmente diferentes, puesto que se encuentran a miles de kilómetros de distancia entre sí y raramente se pueden visitar en un mismo viaje. La orilla sur tiene miradores de fácil acceso, edificios históricos, ruinas de los nativos americanos y unas excelentes infraestructuras. La norte es la más remota de las tres, con temperaturas más frías, un acceso más difícil y unos miradores no tan espectaculares. La oeste está dentro de la reserva del pueblo nativo de los huapalai, y es famoso por su Skywalk, la pasarela de cristal asentada sobre el Gran Cañón.